Centro Europeo de las Mujeres Mariana de Pineda
Mariana Pineda Muñoz (Granada, 1 de septiembre de 1804-Granada, 26 de mayo de 1831). Heroína de la causa liberal española contra el absolutismo de Fernando VII, vivió a principios del siglo XIX en Granada y ajusticiada por negarse a delatar a sus compañeros
Mariana Pineda Muñoz (Granada, 1 de septiembre de 1804-Granada, 26 de mayo de 1831) Heroína de la causa liberal española contra el absolutismo de Fernando VII, vivió a principios del siglo XIX en Granada y eligió morir antes que delatar a sus compañeros(Mariana Pineda, aires de libertad, s. f.).Era hija de Mariano de Pineda y Ramírez, natural de Guatemala, de familia noble –hijo del oidor de la Chancillería de Granada-(Agea, 2016), capitán de navío de Granada y caballero de la Orden de Calatrava. Nunca llegó a casarse, al pertenecer a clases sociales diferentes, todos los militares tenían que tener permiso del Rey para casarse con María de los Dolores Muñoz y Bueno, de Lucena, mucho más joven y de menor condición que él, descendía de padres humildes y modestos, labradores de Lucena (Córdoba)(Agea, 2016). La pareja tuvo una primera hija en Sevilla, donde residió un tiempo, pero falleció al poco de nacer, y después de trasladarse a Granada, donde vivieron en casas separadas, tuvieron una segunda hija, que fue Mariana. Después del nacimiento, la madre y la hija se fueron a vivir a la casa del padre, don Mariano. Tras la muerte del padre, Mariana pasó a la tutela de un hermano de aquel, que era ciego, soltero y tenía cuarenta y siete años. Sin embargo, tras casarse con una mujer mucho más joven que él, traspasó sus responsabilidades de tutor a unos jóvenes dependientes suyos, José de Mesa y Úrsula de la Presa, a cuyo cargo quedó la niña a lo largo de su infancia(Mariana Pineda – Wikipedia, la enciclopedia libre, s. f.).
Mariana Pineda se casó cuando tenía quince años con Manuel de Peralta y Valle, once años mayor que ella y que acababa de abandonar el ejército. En marzo del año siguiente dio a luz a un niño, José María, y en mayo de 1821 a una niña, Úrsula María. Dos años después, en agosto de 1822, falleció su esposo dejando a su viuda de dieciocho años con dos hijos pequeños. Al parecer durante esos años afloran los ideales liberales de Mariana, coincidiendo con el Trienio Liberal, cuando Mariana se adhirió a la causa liberal y tras la nueva restauración del absolutismo por Fernando VII en 1823, ya viuda acogió en su casa a liberales perseguidos.
Años más tarde tuvo como amante al abogado José de la Peña, de veintiocho años, y que según su biógrafa Antonina Rodrigo, estuvo unido a Mariana «por un matrimonio secreto de los llamados de “conciencia”, celebrado en la iglesia de Santa Ana». De ese enlace nacería en enero de 1829 una niña a la que Mariana reconoció como hija natural a pesar de que no vivieran juntas, aunque no así José de la Peña, que esperó a 1836 para «adoptarla».
La policía absolutista del ministro Francisco Calomarde estaba alerta desde que supo que el general José María Torrijos, que junto con el general Francisco Espoz y Mina, era el líder de los liberales exiliados. Se estaba preparando un levantamiento generalizado por toda Andalucía que estaría encabezado por Torrijos y por Espoz y Mina, y coordinado desde Madrid por Salustiano de Olózaga. Se llegó a fijar fecha para el levantamiento. Dos días antes de la fecha prevista para el levantamiento Mariana Pineda fue detenida en su casa de Granada.
En su proceso de capilla y ante su inminente muerte, Mariana refuerza su convicción, rehusando nuevamente el indulto por acusación, declarando que “nunca una palabra indiscreta escaparía de sus labios para comprometer a nadie y que le sobraba firmeza para arrostrar el tramo fatal en que se veía y preferir sin vacilar una muerte gloriosa a cubrirse de oprobio, delatando a persona viviente” y escribe a sus hijos recomendándoles que “sean fieles a sus principios políticos y que nunca se avergüencen de que su madre hubiera muerto en manos del verdugo porque moría por la patria y la libertad”. (Martinez Cuitiño. Luis, 1992)(Mariana Pineda, aires de libertad, s. f.)
Intentó fugarse de la prisión pero fue descubierta y, pese a la condena y a la promesa de que sería indultada si delataba a sus cómplices, se negó a dar los nombres. Se fijó su ejecución para el 26 de mayo de 1831 con 27 años de edad y así “(…) la proclamaron heroína de la libertad, y con este título pasó a la historia, llenando un capítulo brillante entre las figuras españolas más representativas y apasionantes del siglo XIX. Su aventura voló en todas las métricas, anduvo en romances que circularon profusamente y rodó en coplas de ciego. Durante muchas generaciones, los niños, en los atardeceres, llenaron los aires de las plazas de toda España cantando a coro los romances y las coplas de Marianita” (Rodríguez Antonina, 2005)
Fue el 26 de mayo de 1831 cuando Mariana Pineda fue ajusticiada en Granada -con el más noble de los tres rituales que contemplaba la ejecución a garrote- porque se encontró en su casa una bandera a medio bordar con las palabras «igualdad, libertad y ley», lema de los liberales granadinos. «La península goza de perfecta paz», se escribió en La Gaceta, para dar cuenta oficial de la ejecución de Mariana Pineda.