Día Internacional de las Personas Sordas

 

El Día Internacional de las Personas Sordas data de 1958 y fue propiciado por la Federación Mundial de Personas Sordas (WFD) que elegió esta fecha para conmemorar el primer Congreso Mundial de la WFD que tuvo lugar en septiembre de 1951.

Andalucía, del mismo modo que las Comunidades Sordas del Mundo organizan la semana Internacional de las Personas Sordas en nuestra Comunidad también se celebra y culmina el último sábado del mes de Septiembre. Se trata de un día de carácter reivindicativo donde las Comunidades Sordas, las Personas Sordas de las distintas regiones y países visibilizan su realidad ante el mundo, donde expresan sus demandas en cuestión de derechos y en el cual se pone de relieve la riqueza de la Cultura Sorda.

Diversidad en el colectivo de Personas Sordas

El colectivo de Personas Sordas es muy diverso. En esta variedad influyen factores relacionados tanto con el tipo de sordera (momento de aparición, lugar de la lesión, grado pérdida auditiva), con las formas de comunicación utilizadas, con diversas características individuales (edades, etc.) como con el contexto familiar, educativo y social.

En España, las personas sordas se comunican de diferentes formas. Para algunas la lengua de signos española o la catalana es su primera lengua mientras que para otras lo es la lengua oral; las hay que dominan ambas lenguas (signadas y orales) y se sienten igualmente cómodas con las dos según en qué contextos y situaciones mientras que para otras, una de ellas es la que predomina o la única que utilizan; entre las personas sordas usuarias de la lengua de signos algunas aprendieron a signar en su infancia y otras siendo ya adultas; hay quienes son usuarias de audífonos o implantes cocleares y entre ellas, hay quienes usan la lengua de signos y quienes no; además, dentro de ese grupo, encontraremos personas que consideran que las ayudas técnicas a la audición son suficientes para participar en el mundo que les rodea mientras que para otras, aun siendo necesarias, son insuficientes. También encontraremos personas sordas que, a causa de un sistema educativo no inclusivo, tienen problemas de expresión y comprensión de textos escritos.

Al igual que en el resto de la población, entre las personas sordas encontraremos niñas y niños, jóvenes, mayores, personas sordas con otra(s) discapacidad(es), Lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB), inmigrantes, etc. Todas y cada una de ellas con sus necesidades y demandas concretas.

Es importante saber que, aún tratándose de un colectivo heterogéneo, todas las personas sordas, cualquiera que sea su tipo o grado de sordera, situación individual e independientemente de que sean o no usuarias de las lenguas de signos, comparten la necesidad de acceder a la comunicación e información del entorno sin barreras de ningún tipo.

Ideas preconcebidas sobre las Personas Sordas

Las personas sordas NO son sordomudas. Sordomudo es un término peyorativo y, como tal, incorrecto que resulta molesto. Y es que tradicionalmente se pensaba que una persona sorda «aparentemente» era incapaz de comunicarse con los demás. No es así ya que pueden comunicarse a través de la lengua de signos y también de la lengua oral (en su modalidad escrita, hablada y cada cual en función de sus habilidades) .

La lectura labial es una habilidad. Se puede aprender pero no todas las personas sordas pueden leer los labios de la misma manera ni todos los contextos son propicios para ello. Es un mito extendido considerar que todas las personas sordas pueden comunicarse perfectamente gracias a unas dotes increíbles para la lectura labial. No es cierto. La lengua oral está concebida para percibirse por el oído y no por la vista. Hay muchas situaciones que impiden o dificultan hacer una buena lectura labial, como la falta de luz, la mala vocalización, posturas y posiciones de quien nos habla, la velocidad, el mayor o menor conocimiento de la lengua oral, etc. Por otro lado, una persona sorda no tiene porqué oír o entender lo que se le dice por mucho que se chille.

Con respecto al uso de los términos personas sordas o personas con discapacidad auditiva,  se suelen utilizar indistintamente tanto en la legislación como a nivel social. No obstante, desde las entidades asociativas de la  CNSE se  utiliza más a menudo “personas sordas” en consonancia con la terminología acuñada por la Unión Europea de Personas Sordas (EUD) y Federación Mundial de Personas Sordas (WFD).

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